Las expresiones que conforman este primer número son un aliento de rebeldía, una fuerte crítica a la hegemonía sin discursos complacientes ni suavizados, y marcan el comienzo de un proyecto transformativo.
Desde la fuerza de la poética de textos que no pretenden encajar en las definiciones tradicionales y hegemónicas de arte, opinión y/o narrativas encontramos:
la revolución de las disidencias sexualidades
la crítica con tonalidades reveladoras y cínicas ante los mecanismo de opresión
la demanda de libertad
la exaltación y liberación de los cuerpos e identidades fuera de las normativas, las poéticas anales como resistencia a la hegemonía estética y al placer reproductivo
el nombramiento del dolor, la violencia sistematizada, la injusticia y la opresión como paso a la lucha, a la sanación, y a la memoria
una evocación a la infancia, la familia y los ambientes que nos han construido a través de imposiciones y violencias
la conciencia de nuestro accionar y la divergencia de nuestros pensamientos e identidades
los retratos de la realidad y momentos sustanciales que establecen una atmósfera de pensamiento y vivencias, y la visibilización de la marginalidad,
la resistencia ante el binarismo y la repulsión a la cisnormatividad
la migración
las imposiciones religiosas
la curiosidad y las primeras aproximaciones a nuestras sexualidades disidentes
Y no podemos dejar por fuera la pandemia que nos acompaña en estos momentos
También encontramos ejercicios de cuestionamiento, de autoconciencia, de memoria, y de interpelación de la realidad. No podemos negar la rabia al posicionar nuestras (in)existencias ante estos sistemas de violencia que nos atraviesan. Textos interseccionales porque reconocemos que las violencias se experimentan desde muchos factores; textos que desenmascaran el racismo, la heteronorma, el despojo y empobrecimiento, el binarismo, la marginalidad, la jeraquización, y el capitalismo.
Y me gustaría hacer una mención aparte sobre los textos “Una mirada retrospectiva de nuestro devenir corporal”, “Apuntes sobre las corporalidades, sexualidades e identidades disidentes”, y “Osvaldo Mariconi y La sexualidad en el futuro”, compartidos por Nahil Zerón, Li Wakwara, y Grupo Mariconi respectivamente. Estos textos son un claro posicionamiento político de nuestras identidades, reflejan la rabia, el devenir y la intención de este nuevo espacio. Nos remiten a lecturas que han permitido los primeros pasos para poner en palabras de nuestras propias realidades. Cuestionan el capitalismo, su forma de devorar cualquier saber o posibilidad, y su intersección con las demás violencias, para perpetuar el poder hegémonico; toman en cuenta la reacción ante la pandemia covid-19 como extensión del control. Son una invitación a repensarnos fuera de la colonialidad y la heteronorma, reconectarnos con nuestro espacio-cuerpo-espíritu, resignificar nuestras prácticas y pensamientos, y regresar a la colectividad.
Con esta nota pretendo dar apenas algunas aproximaciones de lo que encontramos en este primer número porque las lecturas y relecturas, las experiencias y las interpretaciones son infinitas en este nuevo espacio para las posibilidades, porque la sensibilidad en los detalles y panoramas es constante y transformativa. “Se vale reír, llorar y también hacer corajes.” No queda más que dar la bienvenida a este nuevo proyecto y crecer desde la colectividad.
enlace: https://issuu.com/proyectolamaricada/docs/primer_numero__1_